El 67,6 por ciento de los extremeños cuenta con un seguro de decesos, el porcentaje más alto del país y muy por encima de la media nacional, que se sitúa en el 21,1 por ciento de los ciudadanos.
Tras Extremadura, las comunidades con mayor porcentaje de cobertura son Asturias, con el 62,9 por ciento, y Andalucía, con el 59,9 por ciento.
En todo el país, el seguro se hizo cargo del entierro de 247.190 personas en 2015, lo que equivale a contribuir en el 56,7% de los sepelios en el país, según la Memoria social del seguro elaborada por Unespa.
La inmensa mayoría de las inhumaciones (171.969) se produjeron en la misma localidad donde ocurrió el fallecimiento, mientras que en 74.693 casos fue preciso trasladar el cadáver de una población a otra dentro del territorio nacional. Asimismo, hubo 527 personas que fallecieron en el extranjero y cuyos cuerpos fueron repatriados.
Los datos de Unespa muestran que el seguro de decesos es, tras el de automóviles, el ramo con mayor capilaridad en España. De hecho, 21,1 millones de personas de los 46,8 millones de residentes en el país están protegidos por una de estas pólizas, de acuerdo con ICEA.
Su implantación es particularmente destacada en Extremadura, donde el 67,6% de la gente se encuentra cubierta, seguida de Asturias (62,9%) y Andalucía (59,9%).
Incluso en las regiones donde el seguro de decesos tiene un peso comparativamente bajo, su presencia sigue siendo perceptible, como sucede en Baleares (21,2%), Navarra (21,8%) y La Rioja (27,7%).
Estas comunidades autónomas, además, son las que presentan algunas de las tasas de crecimiento en la contratación más elevadas en el último año.
Este tipo de pólizas tienen un carácter marcadamente familiar e intergeneracional, como demuestra el hecho de que su capilaridad oscila entre el 40% y el 56% entre todos los adultos.
