El grupo socialista quiere que se aclare si la caída de uno de los portones de la Puerta del Capitel fue un accidente o fue objeto de un sabotaje vandálico. Para eso es esencial conocer si hubo denuncias previas de ataques a la propia puerta. No es que desconfíen del concejal de Patrimonio, pero se ha generado una confusión que hay que aclarar. Creen que el edil del PP se precipitó juzgando el hecho como un ataque intencionado, sin pruebas y sin las debidas consultas. Desde el PSOE están convencidos que la caída de la puerta fue accidental, que los testigos han señalado que se desplomó mientras se volvía a abrir al público en la mañana del sábado. Dudan, por inverosímil, que alguien intentara previamente dañar los anclajes o garras en días o semanas previas. Si eso ha sido así, será bueno conocer los pormenores de esas denuncias previas.

 Los socialistas han presentado una solicitud por escrito dirigida al alcalde para que les entregue copia de todas las “innumerables” denuncias registradas por el concejal de Patrimonio y Turismo y por cualquier otra concejalía del Ayuntamiento de Badajoz ante la Policía Nacional por ataques al patrimonio desde 2019, desde que comenzó la legislatura.

 Creen además que un simple análisis visual podría determinar si fue vandalismo o causalidad. Y con respecto a esto último recuerdan que cuando se instaló la puerta de hierro el propio equipo de gobierno manifestó que ya la anterior puerta de forja, de gran peso, causaba daños estructurales a la Puerta del Capital. Y aunque el anclaje del portalón actual es diferente al anterior de los años ochenta, también es un portón pesado, susceptible perfectamente de dañar el conjunto de amarres (bisagras, cojinetes) que sustentan la Puerta del Capital donde, hoy en día, no se ha repuesto la puerta caída, y se ha retirado la otra mitad que estaba en pie.

 En cualquier caso, el grupo socialista lo que quiere es poner luz y saber cuál fue el motivo de la caída del portalón que venía cerrando la Puerta del Capitel y si los ataques son más de los ya conocidos por la ciudadanía, calibrando así la dimensión justa sobre si hay que aumentar la vigilancia.