La representación popular más grande de España estrenó anoche su título de Fiesta de Interés Turístico Nacional con novedades que provocaron la sorpresa y la admiración por parte del público.

 El estreno de la obra “El alcalde de Zalamea” sirvió anoche como homenaje al fallecido y eterno director de la obra durante sus 25 años de vida, Miguel Nieto. Este año la obra arrancaba de una forma distinta. Sobre el montículo de arena de la Plaza de la Constitución se colocaba una silla de enea y sobre ella, el reconocible sombrero que siempre portaba Nieto. Ante un rotundo minuto de silencio del respetable, se escuchaba la voz de la ayudante de dirección, Amelia David. 

 “De manera amigable, mando un requiebro a un amigo inolvidable. Por las calles de esta villa, su presencia era costumbre, pues él sembró la semilla, que nos condujo al relumbre” primeras palabras de homenaje hacia Miguel Nieto delante de su hija, Aitana Nieto, quien reconoció sentirse “muy emocionada ante este recuerdo a su padre”. “Un momento duro pero bonito al fin y al cabo porque aunque él ya no está la historia continúa”.

 “Barba blanca, pelo cano, con su sombrero en la testa, amable como hombre llano y precursor de esta fiesta. Un abrazo donde te halles, Miguel Nieto recordado, no olvidarán estas calles, tu extraordinario legado”, finalizaba Amelia David para dar paso a una función con algunas novedades aunque manteniendo la esencia de los últimos años.

 Un homenaje que continuaba sin embargo con la primera escena de la obra en la que un grupo de niños y niñas interpretaban la tradicional canción de la palomita en este caso con la letra modificada para la ocasión: “Miguel, yo te quiero contar, lo que ocurrió en Zalamea en este mismo lugar. Pedro Crespo, Pedro Crespo, hacendado labrador y su hija pura y bella, la llamaban Isabel. Hasta Siempre Miguel”.