Hoy, el edil popular que ha asistido al pleno del ayuntamiento, ha leído la siguiente carta de despedida al finalizar la sesión:

''Mis errores los asumo yo e intento que no afecten a nadie más, ni a los míos, ni a nadie más. Así en aras de un ejercicio de responsabilidad personal e institucional, sean mis últimas palabras como concejal, para dirigirme a la corporación de este ayuntamiento.

El pasado sábado 21 de enero cometí un error que no podré perdonarme en mi vida, algo de lo que estoy totalmente arrepentido, pero que no deja de ser un error que no puede pasar por alto y yo no voy a pasar por alto.

Siempre he defendido que un político tiene que actuar de manera ejemplarizante y debemos ser un reflejo de la sociedad por la que trabajamos y esto no lo ha sido.

Desde ese mismo momento tuve claras las consecuencias de esta mala actuación y las asumo en primera persona sin necesidad de que nadie me tenga que marcar el camino, yo lo tenía muy claro, los que más me conocen siempre me escucharon que antepongo mis principios personales a los políticos, he de ser fiel y leal a mí mismo.

Siempre fui muy duro con los políticos y con la imagen que damos a la sociedad, a nuestros vecinos. Si yo ponía el listón muy alto para los demás, una vez que la vida me pone a prueba, no podía defraudarme, no me lo hubiese perdonado nunca.

Badajoz es mi pasión y poder trabajar por mi ciudad y mis vecinos, mi ilusión. No ha habido una dedicación personal ni la habrá en la que haya disfrutado ni disfrute mas en la vida, quien me conoce lo sabe, pero esto no puede ser una excusa tras la que esconderme ni arrugarme.

Estoy tremendamente orgulloso del trabajo que he sacado adelante porque sé que dado lo mejor de mí. Con la mayor de mis ilusiones y ofreciendo hasta mi último esfuerzo, con tal de que mi ciudad siguiese siendo lo que es hoy en día: la referencia del suroeste europeo.

Con la mayor de mis metas, el pasado lunes, presente mi dimisión irrevocable y hoy entrego mi acta de concejal del excelentísimo ayuntamiento de Badajoz.

Permítanme estas líneas para que sirvan como despedida para todas aquellas personas que he conocido durante las dos etapas como concejal:

En especial al alcalde Francisco Javier Fragoso, quien me dio doblemente la oportunidad de cumplir -quizás mi mayor sueño laboral el cual es servir a mi ciudad.

A los trabajadores del ayuntamiento, quienes han servido de manera fiel y leal a la sociedad y en mi caso con tan buen talante me recibieron y me trataron.

A los compañeros de gobierno, con quienes he tenido el inmenso placer que nadie me puede robar de ayudar a construir una ciudad mejor para nuestros vecinos.

A los compañeros de oposición, con quienes desde la lejanía en la ideología, pero siempre cercanía del trato, siempre mantuve una buena relación y un respeto envidiable.

A los profesionales de los medios de comunicación, quienes siempre me han tratado con respeto y comprensión y con total profesionalidad.

A las asociaciones, colectivos y demás entidades que nos ayudan a construir ciudad, a los que encomiendo en estas últimas palabras que sigan en su inestimable -aunque a veces tan ingrata- labor.

A los ciudadanos de Badajoz, quienes espero que me perdonen por el error cometido y espero que entiendan que la postura posterior tomada, la llevo a cabo por cumplir fielmente uno de mis principios personales, ser leal conmigo mismo.

Repito, una vez más que siempre dije que los principios personales los antepongo a los políticos y si un político da mal ejemplo tiene que pedir perdón y dar un paso al lado.

Y por último a mi familia y a mis amigos, los que nunca fallan, siempre están y siempre te perdonan todo. Estos días tan duros para mí han sido mi principal apoyo y sé que lo seguirán siendo.

Y no puedo despedirme sin pedir perdón a aquellos a los que he fallado o molestado en algún momento, no soy mala persona y no tengo malas intenciones, espero que entiendan que las medidas tomadas siempre las llevé a cabo desde el convencimiento de que era lo mejor para mi ciudad y para sus vecinos.

Como ven algunas líneas han cambiado desde que registré la carta el pasado lunes, algunas cosas han pasado, algunas cosas se han dicho, pero yo no cambio mi forma de pensar, sigo siendo fiel a mí mismo. Quienes hayan intentado hacer daño, que no se preocupen, no me molestan, pueden seguir haciéndolo, nadie podrá castigarme más de lo que yo me estoy castigando.

Tengo la conciencia muy tranquila, ya que habiendo cometido un error yo sí creo haber reaccionado como la sociedad -pero sobre todo como yo- exigimos. Siempre seguiré estando a disposición de mi ciudad, desde la posición que sea siempre seguiré siendo Francisco Javier Pizarro''.

''Muchas gracias''.