Se limpia muy de vez en cuando en superficie y, en escasas ocasiones, se quitan los sedimentos del fondo, lleno de lodo y verdín

 El grupo socialista exige que se realice una limpieza a fondo del foso de Puerta Pilar, pues no es admisible que, en uno de sus vasos, el más cercano al Palacio de Congresos Manuel Rojas, se pueda ver lodo y verdín, lo que denota que han debido pasar muchos meses desde la última limpieza del fondo de este foso. Un foso que lleva ya mucho tiempo que no se completa su llenado de agua, si es para impedir filtraciones, lo lógico es que se arregle. De todas formas, la limpieza en general de esta parte del monumento deja mucho que desear, está más tiempo sucio que limpio, incluido cuando hay desperdicios en superficie. Es indudable, que el esmero y el cuidado por todo lo nuestro sigue siendo una asignatura pendiente del equipo del PP. El fondo del foso, con lodo y verdín, con meses sin limpiar, denota que no hay una revisión periódica y que cuando se retira basura en superficie es solo para eliminar lo que más destaca, pero no hay un ánimo de limpieza verdadero, ni completo ni eficaz.

 Además, los socialistas quieren que se cambie el cartel informativo que sobre la fortificación abaluartada se encuentra a escasos metros de Puerta Pilar pues presenta un mal estado, siendo en buena parte de él, ilegible.

 Hace pocos días del foso de Puerta Pilar se retiró basura compuesta principalmente por plástico, envases de todo tipo, residuos de comida, incluso un paraguas. Se llevaba demasiado tiempo sin limpiar. En buena medida parte de esos residuos correspondían a los desechos que se arrojan desde lo alto del monumento cuando hay botellón. El grupo socialista reclama que se limpie con mayor frecuencia el foso, pues no hay que olvidar que el corredor verde comienza aquí, en este parque conocido como Los Cañones o Salto del Caballo.

 El grupo socialista recuerda que, en 2020 y de manera insistente, pidió que se arreglara el puente de madera de Puerta Pilar ante la dejadez municipal. Llegó hasta tal extremo esa desidia municipal que se tuvo que cerrar el puente al paso de peatones durante meses por el mal estado que presentaba. Finalmente, los tablones de madera fueron sustituidos por otros nuevos, pero costó lo suyo.